Manifiesto


La Ilustración se propuso recorrer el globo para iluminar un mundo repleto de maravillas escondidas. Cansados de estar quietos, aventureros y exploradores iniciaron revoluciones en todos los campos para beber del elixir de la sabiduría.

Mientras Europa crecía con museos, zoológicos y mercados de especias, en el corazón de América del Sur los sabios descubrían con asombro el universo de la botánica guaraní y su verde sub-tropical.

Nuestros ancestros escucharon a la hoja que truena, se arrodillaron en el suelo que brota y contemplaron el cielo que baña. Encontraron en las estrellas la cartografía de su bienestar, respetando ciclos, escuchando las voces del colibrí, de la serpiente, de las cigarras.

Ñamandú creó y los guaraníes aprendieron a utilizar lo que dio, pasando la receta de boca en boca. En el apogeo del Siglo de las Luces el Gin empieza a producirse en fábricas de apellidos tradicionales que siguen hasta hoy en los anaqueles de todo el mundo. Al mismo tiempo nacía

Eliza Lynch, una de las mujeres más controversiales e influyentes de la sociedad paraguaya, vanguardista rechazada al principio, heroína nacional después.

Lynch es un Gin que contiene todo eso. Una bebida popular del Reino Unido, asistida con los ingredientes que nuestra tierra entregó al mundo desde el saber de los antiguos y la curiosidad de los europeos, embebida con el toque transgresor y revolucionario de una mujer que redefinió su era.

La magia de la tierra, los secretos de los alambiques, la temperatura del romance secreto, el murmullo de los detractores, el barco de vapor y vela, los bailes y candelabros, las hojas que truenan, el suelo que brota y el cielo que baña, todo por primera vez en una misma botella.

Un Gin orgánico hecho con caña de azúcar, yerba mate, cedrón kapi´i, eucalipto, raíz de hierba del espíritu santo, chuchuwasy, cáscaras de 5 cítricos, bayas de enebro, pimientas, cardamomo y muchos secretos más, listos para ser descubiertos.